No lo había leído, y tenía curiosidad por el tan manido tema del amor en esta obra de Platón.
Además, había otro punto que me llamaba la atención. Cuando cursaba COU, en filosofía, tuvimos que hacer un trabajo de una lista de libros de filosofía. Una amiga, que ya había hecho el trabajo, me dijo que lo hiciera de El Banquete, que era bonito, claro y un montón de cosas más. Además, yo lo tenía en casa.
Como ya he dicho muchas veces, mi relación con la filosofía es bastante amarga. En 3º Bup, me gustó mucho, y me encantó. Pero en la de COU, fracasé estrepitosamente, me parecía difícil y no entendía nada. Así que con mucho animo cogí el libro y lo empecé a leer. No llegué ni al primer diálogo. Que horror. Por suerte la lista de libros para realizar el trabajo era suficientemente extensa, y allí se encontraba Voltaire con Cándido o el optimismo. También estaba en casa. Lo empecé a leer y lo devoré. Hice el trabajo de uno de los que se convirtió en mis ídolos, Voltaire. Pero siempre me quedó la espina clavada de no haber leído el banquete, y de si algún día sería capaz de leerlo y ponerlo en el lugar que le corresponde.
Casi 20 años mas tarde, le ha llegado el turno a Platón. Tengo que decir que esperaba algo, no sé. Tanto oír hablar a lo largo de los años del libro, del amor platónico... Y de pensar que sería incapaz de leerlo porque sería algo muy difícil... Y no, lo cierto es que lo he leído rápidamente. Aunque ahora que lo he leído, seguramente ha perdido parte de la magia que tenía el mismo sobre mí.
Creo que me he enterado bastante de todo lo que plantea, y además, tengo que decir que investigando por Internet, he encontrado este sitio, donde plantea un cuestionario para el libro, que he de reconocer que al menos mentalmente lo he hecho.
Por supuesto, nos encontramos en algo tan familiar para nosotros como la sobremesa de las comidas y celebraciones con familiares o amigos, que pueden ser o bien de temas intrascendentes como de temas mas o menos importantes para los presentes.
Además, había otro punto que me llamaba la atención. Cuando cursaba COU, en filosofía, tuvimos que hacer un trabajo de una lista de libros de filosofía. Una amiga, que ya había hecho el trabajo, me dijo que lo hiciera de El Banquete, que era bonito, claro y un montón de cosas más. Además, yo lo tenía en casa.
Como ya he dicho muchas veces, mi relación con la filosofía es bastante amarga. En 3º Bup, me gustó mucho, y me encantó. Pero en la de COU, fracasé estrepitosamente, me parecía difícil y no entendía nada. Así que con mucho animo cogí el libro y lo empecé a leer. No llegué ni al primer diálogo. Que horror. Por suerte la lista de libros para realizar el trabajo era suficientemente extensa, y allí se encontraba Voltaire con Cándido o el optimismo. También estaba en casa. Lo empecé a leer y lo devoré. Hice el trabajo de uno de los que se convirtió en mis ídolos, Voltaire. Pero siempre me quedó la espina clavada de no haber leído el banquete, y de si algún día sería capaz de leerlo y ponerlo en el lugar que le corresponde.
Casi 20 años mas tarde, le ha llegado el turno a Platón. Tengo que decir que esperaba algo, no sé. Tanto oír hablar a lo largo de los años del libro, del amor platónico... Y de pensar que sería incapaz de leerlo porque sería algo muy difícil... Y no, lo cierto es que lo he leído rápidamente. Aunque ahora que lo he leído, seguramente ha perdido parte de la magia que tenía el mismo sobre mí.
Creo que me he enterado bastante de todo lo que plantea, y además, tengo que decir que investigando por Internet, he encontrado este sitio, donde plantea un cuestionario para el libro, que he de reconocer que al menos mentalmente lo he hecho.
Por supuesto, nos encontramos en algo tan familiar para nosotros como la sobremesa de las comidas y celebraciones con familiares o amigos, que pueden ser o bien de temas intrascendentes como de temas mas o menos importantes para los presentes.
Así que aprovechando que mi hermana está haciendo la colección de RBA y Gredos, me prestó el volumen III de sus diálogos.
Título: El Banquete
Autor: Platón
Traducción y notas: E. García Mengual, M. Martínez Hernández y
Editorial: RBA - Gredos
1 comentario:
Hola Robin:
Tenía yo once años cuando comencé a entrar a saco en la biblioteca paterna. Mis primeras incursiones fueron los Diálogos de Platón, y un tratadito de filosofía de Balmes. Aunque hoy me parezca increible, disfruté y entendí el método socrático y su contraste con el de los sofistas. Me gustaron mucho Gorgias y Protágoras y tan solo empecé a hacerme un lio muy lógico y comprensible por otra parte con la monserga de los "niños amados". Acompañó, creo, a mi tan temprana degustación de las definiciones y el camino para alumbrarlas, que leí con auténtica delectación, el que ya previamente había leido algo sobre Sócrates en un libro de escuela infantil de mi padre, libro de los de antes, que procuraban familiarizar a los niños con la cultura clásica al menos en sus aspectos más anecdóticos y sencillos, en este caso la serena aceptación de su injusta condena y toma de cicuta por parte del sabio. Suficiente para excitar la imaginación de un niño e intrigarlo lo suficiente como para ir en busca de los originales en la biblioteca familiar.
Hoy tantos años después me doy cuenta de que no he vuelto a leer a Platón más que en los manuales del bachillerato y luego, ya en la universidad en plena influencia del marxismo tan corriente entonces, mi entusiasta adhesión a las tesis de Benjamín Farrington que, como gran parte de la izquierda carga contra Platón, eso si, de forma interesante e inteligente, aun cuando hoy ya no comparta sus puntos de vista y haya vuelto a una gozosa aceptación crítica de la grandeza platónica. Tu lectura me ha dado ganas de emularte. Voy a releer a Platón.
Gracias por tus entradas, siempre interesantes y estimulantes.
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