viernes, julio 22, 2011

HACIA RUTAS SALVAJES de Jon Krakauer

El libro me ha gustado bastante.  Relizamos un viaje, no sólo geográfico, sino también al interior Alex MCandless, y muchos otros personajes curiosos que aparecen en el libro, como Everett Rues, el propio autor, y toda la gente que se encuentra Alex en su recorrido.

Estoy convencida de que hay personas con vocación de vagabundo, y una de esas personas era Alex.  

Como en toda literatura de viajes que se precie, se conocen nuevos lugares y en muchas ocasiones curiosos, como el "Mar de Salton", que existe por culpa de un accidente. 

También me han gustado mucho la selección de frases y párrafos de otros autores, muchos de ellos párrafos de los que iba subrayando Alex, otros relacionados con esa sed y ansia de libertad y de comunión absoluta con la naturaleza.

Una que me ha gustado especialmente es:
"Los niños son inocentes y aman la justicia, mientras que la mayoría de nosotros somos malvados y por esa razón preferimos el perdón".
G.K. Chesterton.

Por supuesto, también aparecen frases y comentarios muy... americanos en el ¿mejor? sentido de la palabra, como cuando se entera su hermana del fallecimiento de Alex, y le da un átaque, grita, llora, etc, y lo que dice el marido que piensa es en esos momentos es: 
"Luego empezó a gemir.  Su llanto era tan fuerte e insistente que su marido temió que los vecinos creyeran que le estaba haciendo daño y llamasen a la policía"


Y también, me resulta curioso, que en muchos casos parece que se tenga que juzgar el protagonista del libro, y haya que decantarse por si era un lunático sin sentido común, o era alguien realmente especial.  Creo que hubiera sido mejor contar los hechos, sin tratar de juzgarlos tanto, una y otra vez.  Y cuando se buscaban historias con algún punto similitud con la de Alex, también parecía como si hubiera que "juzgar" a esos otros protagonistas.  A lo mejor es por deformación de que el autor es periodista, y siempre se tiende a querer que la gente comente y polemice, y exprese sus opiniones respecto al tema, pero una cosa es opinar, y otra es juzgar.

En definitiva un libro muy atrayente, entretenido, y no sabría decir exactamente el motivo, pero muy americano... lo destila a lo largo de sus 288 páginas.  Imagino que será porque intenta justificar todo, y determinadas acciones en la vida, no tienen o dejan de tener justificación, y no hay porqué dárselas.  ¿Hay que convencer de si es mejor el mar o la montaña? No, verdad, pues al autor de este libro, seguramente podría escribir 300 páginas, dando argumentos en favor o en contra de qué es mejor.

Tampoco voy a mentir, que realiza unos comentarios de Jack London, que me ofenden un poco, ¿o es que acaso porque empinara el codo y estuviera gordo y apenas hubiera realizado rutas por la montaña, sus libros valen menos?
"...que viajan hacia el norte para vivir las enfermizas fantasías de Jack London"
"Tal vez por razones de conveniencia, pasó por alto el hecho de que el propio London había pasado un único invierno en el Norte y llevaba una vida que guardaba una escasa semejanza con los ideales que propugnaba, hasta el punto de convertirse en un alcohólico obeso y fatuo y suicidarse a los 40 años en su finca de California."

Lo siento mucho, desde que descubrí a Jack London en el instituto, porque tuvimos que leer "La llamada de lo Salvaje", para mí es... no puedo describirlo, y  no puedo dejar que hablen así de Jack London, y que quede impune.  Lo que me faltaba ya, que le echaran la culpa de lo que le pasó la pobre infeliz de MCandless a Jack London.  Menuda desfachatez.

En el intento de buscar otro culpable, aparece el padre de la criatura, un ingeniero que ha trabajado para la NASA durante un montón de tiempo, listo y que ha ganado dinero a mansalva, pero al que le iban los lios de faldas, y que estuvo a la vez durante dos años con su primera y su segunda mujer, y el hijo pequeño del primer matrimonio era menor que el hijo mayor del segundo matrimonio (Alex), y que eso le traumatizó.

El siguiente objeto para culpabilizar, que era bajito... y que debía tener un complejo de bajo terrible.  Ya sé que dicen que el complejo de bajo es terrible, pero vamos... no creo que sea para tanto.

A veces resulta imposible dar respuestas, simplemente porque no las hay.  Siempre han existido los "raritos", que o bien se iban al desierto, o al monte, a vivir una vida mas o menos en comunidad con la naturaleza... Bichos raros, que habían sentido la llamada, ¿realmente hay que buscarle alguna extraña causa psicoanalítica, o culpabilizar a alguien de que cada uno es como es?  Al menos yo, en este caso lo veo claro.  Si no, tendríamos que examinar a algunos habitantes de la costa española, donde viven "hippies" que buscan vivir en medio de la naturaleza y reencontrarse a sí mismos.  Y sí, algunos viven en comunas, pero muchos viven completamente solos, y nadie se plantea el ¿culpabilizar? a nadie por eso.  Simplemente es su forma de vida que te gustará o no, pero es lo que hay.

Argumento;  (de Internet):  En abril de 1992, Chris McCandless, de 24 años, se internó solo y apenas equipado por tierras de Alaska. Había regalado todo su dinero y abandonado su coche, y soñaba con una vida en estado salvaje. Cuatro meses más tarde, unos cazadores encontraron su cuerpo sin vida. Su historia difundida en un reportaje de John Krakauer, suscitó una agitada polémica. Para unos, era un intrépido idealista; para otros, un loco y un ingenuo sin el menor conocimiento de la naturaleza. Pero, ¿por qué un joven recién graduado decidió cortar todos los lazos con su familia y perderse en una región inhóspita?. Antes de desaparecer, Chris McCandless escribió a un amigo: «No eches raíces, no te establezcas. Cambia a menudo de lugar, lleva una vida nómada… No necesita tener a alguien contigo para traer una nueva luz a tu vida. Está ahí fuera, sencillamente.»

Título:  Hacia Rutas Salvajes
Traducción: Albert Freixa i Vidal 
Editorial: Zeta Bolsillo; Colección Zeta Ensayo
288 páginas