Empecemos con los aspectos positivos. Lo primero decir que me ha gustado mucho la cubierta, que está diseñada según pone dentro del libro por Pepe Far. Me encanta la panorámica de París, con la Torre Eiffell elvándose sobre el horizonte y esa gárgola de Notre Dame en primer plano. No me cabe la menor duda de que será un factor importante en la venta de los libros.
El otro punto positivo, es el tamaño de la letra y el interlinado. El texto se ve grande y espaciado como a mí me gusta.
Y ya vale. Todo lo demás es negativo. Hacía mucho tiempo que no leía un libro tan malo. Frases que repiten con pequeñas variaciones cada pocas hojas. Escenas incongruentes, y un lío que trata de hacer cuanto mas gordo mejor porque así estima que aumenta la intriga.
Los personajes son vacíos, predecibles, no transmite emociones. Resulta imposible sentirte identificado en algún aspecto con cualquiera de los protagonistas. Profesora/estudiante de doctorado muy mona que cae rendida a los pies de profesor madurito pero aún de buen ver.
Las escenas sexuales, parecen colocadas con un corta y pega a lo largo del libro sin importar mucho donde caigan. Son pésimas. En serio, las escenas de tipo erótico y sexual, pueden aportar a un libro equilibro, soporte a la trama, elevar su nivel estético. Aquí logran todo lo contrario.
No aporta nada de originalidad, si acaso caos y confusión a un tema tan trillado como la alquimia, Fulcanelli y Paris. Soso. Además, creo que por muy profesor de historia que sea, ha metido el cuezo bastante en algunos temas. Por ejemplo, Catharos = sexo alquímico. Esto es uno de los muchos que me ha llamado la atención. Sólo espero que algún experto en el tema, haga una crítica acompasada. Aunque claro, este autor me temo que no llega al nivel requerido que suelen escoger los autores de las críticas acompasadas.
Vamos, una castaña de libro.
Aunque las comparaciones son odiosas, también hay que decir que son inevitables.
La primera comparación que me surgió al inicio de la novela fue con "La tempestad" de Juan Manuel de Prada puesto que en ambas aparecen como coprotagonistas doctorandos y en ambos casos de historia del arte. Con lo cual queda Corral por los suelos. Ya he dicho que las comparaciones son odiosas, pero aunque Juan Manuel de Prada no es santo de mi devoción, su calidad literaria es innegable. Y Corral no le llega ni a la suela de los zapatos.
Al otro autor que ha recordado ligeramente ha sido al tan aclamado Arturo Pérez Reverte (del que después de la Carta esférica, acabé aborreciendo y que cada vez me gusta menos), pero en pésimo.
El otro punto positivo, es el tamaño de la letra y el interlinado. El texto se ve grande y espaciado como a mí me gusta.
Y ya vale. Todo lo demás es negativo. Hacía mucho tiempo que no leía un libro tan malo. Frases que repiten con pequeñas variaciones cada pocas hojas. Escenas incongruentes, y un lío que trata de hacer cuanto mas gordo mejor porque así estima que aumenta la intriga.
Los personajes son vacíos, predecibles, no transmite emociones. Resulta imposible sentirte identificado en algún aspecto con cualquiera de los protagonistas. Profesora/estudiante de doctorado muy mona que cae rendida a los pies de profesor madurito pero aún de buen ver.
Las escenas sexuales, parecen colocadas con un corta y pega a lo largo del libro sin importar mucho donde caigan. Son pésimas. En serio, las escenas de tipo erótico y sexual, pueden aportar a un libro equilibro, soporte a la trama, elevar su nivel estético. Aquí logran todo lo contrario.
No aporta nada de originalidad, si acaso caos y confusión a un tema tan trillado como la alquimia, Fulcanelli y Paris. Soso. Además, creo que por muy profesor de historia que sea, ha metido el cuezo bastante en algunos temas. Por ejemplo, Catharos = sexo alquímico. Esto es uno de los muchos que me ha llamado la atención. Sólo espero que algún experto en el tema, haga una crítica acompasada. Aunque claro, este autor me temo que no llega al nivel requerido que suelen escoger los autores de las críticas acompasadas.
Vamos, una castaña de libro.
Aunque las comparaciones son odiosas, también hay que decir que son inevitables.
La primera comparación que me surgió al inicio de la novela fue con "La tempestad" de Juan Manuel de Prada puesto que en ambas aparecen como coprotagonistas doctorandos y en ambos casos de historia del arte. Con lo cual queda Corral por los suelos. Ya he dicho que las comparaciones son odiosas, pero aunque Juan Manuel de Prada no es santo de mi devoción, su calidad literaria es innegable. Y Corral no le llega ni a la suela de los zapatos.
Al otro autor que ha recordado ligeramente ha sido al tan aclamado Arturo Pérez Reverte (del que después de la Carta esférica, acabé aborreciendo y que cada vez me gusta menos), pero en pésimo.
Título: Fulcanelli. El dueño del secreto
Autor: José Luis Corral
Editorial: Marlow, sello editorial de Edhasa.
1ª Edición, octubre 2008
312 páginas
Precio: 20 euros, que por suerte no pagué yo, los pagó mi hermana. Claro que creo que yo no lo hubiera comprado.
Autor: José Luis Corral
Editorial: Marlow, sello editorial de Edhasa.
1ª Edición, octubre 2008
312 páginas
Precio: 20 euros, que por suerte no pagué yo, los pagó mi hermana. Claro que creo que yo no lo hubiera comprado.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo contigo. Yo todavía añadiría más, y es que está muy mal escrito. Abundan las incorreciones gramaticales, las discondarcias lingüísticas, etc. Confunde el verbo conclucar por inculcar, llama aureola a la areola del pezón, etc., etc., etc. Un bodrio, parece mentira que a este tío le publique alguna editorial.
Efectivamente, acabo de empezar el libro y ya me topé con ese grave error que me llenó de indignación ¿es que ya no hay correctores en las editoriales?.
Es CONCULCAR (vulnerar, violar, quebrantar, etc) no INCULCAR (nada que ver con lo que supone que quiere decir).
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